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Crío recitando el Corán.

febrero 1, 2009
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Últimamente me dió por darle una leída al Corán, el cual (con todo respeto) me  había imaginado como la Biblia con misiles. Después, tras tontear por la red, me encuentro con ésto. Hermoso, de verdad. Que conste que soy atea.


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  1. TAISHANIA permalink
    febrero 2, 2009 8:56 pm

    Sin duda alguna, para la gran mayoría de la humanidad es sino prioritaria, necesaria la religión.
    Realmente es muy armónico el canto de este pequeño (más q el de la disfónica y difunta abuela, eso que ni que)

  2. febrero 2, 2009 10:49 pm

    Taishania: pues sí, es un fenómeno muy curioso (que amerita un post), es un arma de dos filos… un arma mortal, de hecho.

  3. febrero 7, 2009 7:17 am

    En mi casa siempre hubo un Corán. No hay musulmanes en mi familia, pero mi padre era de una curiosidad intelectual medio insólita, así que yo leí el Corán (o buen parte de él) antes que la Biblia, y es un hermoso libro. Lo malo no son los libros, sino quienes los usan para apoyar las masacres y los odios. Es un caso semejante al Kamasutra, que tiene pasajes hermosísimos, poéticos y que tienen más bien que ver con el amor que con el sexo. El problema son los dibujitos, creo yo. Je, je

    Me encantaría saber qué canta el niño, porque eso se escucha hermoso.

  4. febrero 8, 2009 8:38 pm

    Andrés: a mí me conmovió cuando lo escuché. Es increible las cosas tan hermosas que la religión puede inspirar en muchas personas… y las terribles también.
    Mi impresión acerca de Dios y las religiones es que es una IDEA (algo así como una chaketa mental), un instrumento homeostático necesario para algunos con el fin de conseguir ciertas cosas, como controlar al animal que llevamos dentro, aceptar lo inaceptable, consolar en lo inconsolable y tener esperanza cuando el mundo apesta. Lo malo de tener esa idea es que va con el paquete completo y a veces, en nombre de esa fe, se hacen cosas mucho más inmorales, inhumanas y absolutamente inaceptables para cualquier Dios sensato, de existirlo. Un fenómeno cultural de lo más interesante.
    Respecto al símil que hiciste con el Kamasutra, concuerdo contigo absolutamente. Cuando lo leí aún era una chamaquita decente (jeje), y cuando ciertos familiares me veían leyéndolo me miraban con ojos condenatorios… ahí supe que seguro ellos solo habían visto los «monitos» y nunca se habían detenido en el texto. Es un libro amoroso, no sexual, más apegado a la moral que a la depravación.

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